No todos los biocombustibles son iguales. Los hay que tienen muy mala prensa porque compiten por los recursos naturales –la tierra, el agua...– con el cometido esencial de la agricultura: proveer de alimentos a la población y al ganado. Los carburantes llamados tradicionales o clásicos, los que proceden de cultivos como el maíz, el trigo, la soja o la remolacha son los que hoy ha decidido limitar la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo. El acuerdo con los Estados miembros supone limitar a un máximo del 7% los agrocombustibles tradicionales que se usen en el transporte hasta 2020.
No todos los biocombustibles son iguales. Los hay que tienen muy mala prensa porque compiten por los recursos naturales –la tierra, el agua...– con el cometido esencial de la agricultura: proveer de alimentos a la población y al ganado. Los carburantes llamados tradicionales o clásicos, los que proceden de cultivos como el maíz, el trigo, la soja o la remolacha son los que hoy ha decidido limitar la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo. El acuerdo con los Estados miembros supone limitar a un máximo del 7% los agrocombustibles tradicionales que se usen en el transporte hasta 2020.
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